¿Te vistes siempre con los mismos colores?
Te traemos los tres mejores ejemplos para combinar colores que te ayudarán a salir de las mismos de siempre. La teoría del color nos da distintas alternativas para combinar tonos y cambiar un poco nuestros outfits para darles un giro de 180º. ¡Quédate y sigue leyendo, estamos seguras de que te van a encantar estos trucos!
Lo primero que tienes que saber…
La teoría del color funciona, aunque te suene raro. Nos ayuda a realizar distintas combinaciones de colores, ¡y cada una tiene un nombre! Pero las que más nos interesan son las mezclas análogas, las complementarias y las variaciones de tono. Te explicamos un poco más viendo la rueda de colores, para que te resulte más sencillo entenderlo:
Las análogas son las que usan colores que están cerca unos de otros. Por ejemplo, si quieres ponerte un vestido rojo, puedes complementarlo con los colores que tiene cerca, como el naranja y el rosa. Los colores complementarios seguro que te suenan más: son los que están al lado contrario de la rueda cromática, como el verde.
La variación de tonos a la hora de vestirnos es un recurso que usamos mucho incluso sin darnos cuenta. Además, últimamente hemos visto muchísimo la tendencia de los looks monocromáticos, que juegan con usar un mismo color en diferentes tonalidades.
Te damos algunos ejemplos:
La teoría está muy bien, pero sabemos que lo que quieres saber son las mezclas concretas que puedes hacer. Por supuesto, el blanco y el negro son dos básicos que pegan con absolutamente todo, pero tenemos tres ejemplos más que te serán de gran ayuda:
- Rojos:
El rojo es un color al que recurrimos mucho para eventos y que solemos combinar con blanco o negro para no complicarnos, pero ya te hemos adelantado que hay muchas otras opciones. Queda muy bien con tonos verdes o naranjas y, aunque siempre se ha dicho que el rojo y el rosa no combinan absolutamente nada, llevamos un tiempo viéndolos juntos en las calles. ¿Te atreves a probar esa mezcla?
- Verdes:
No todos los verdes tienen el mismo tono. Puedes encontrarlos más oscuros, más claros, más azulados… Hay mucho dónde elegir. Una vez que sepas cuál es tu favorito, puedes llevar los accesorios del color que más te guste. Nosotras te recomendamos que uses amarillo, marrón, naranja o incluso rosas (frambuesa, rosa pastel…).
Si decides usar amarillos suaves o marrones para complementar tu vestido, conseguirás un look más uniforme porque son tonos más neutros. Pero si lo que buscar es un outfit más rompedor, no dudes en llevar un bolso naranja o rosa. ¡Seguro que deslumbras!
- Azules:
Debes recordar que también hay distintos tipos de azules, y que no todos combinan con los mismos colores. El azul marino y el azul petróleo son dos ejemplos claros de ello.
El azul marino es casi un básico y funciona muy bien con otras variaciones de azul, gris, verde, naranja… y, por supuesto, blanco. El negro en este caso no resaltará tanto porque las tonalidades pueden ser parecidas si el azul es muy oscuro. En el caso del azul petróleo, como es un color más intenso, combina mejor con los más comunes: dorados, plateados… pero también con rojos y amarillos.
Si el azul de tu vestido no es ninguno de los que hemos comentado y tiene un tono más celeste, puedes probar con colores más pasteles como el rosa y el lila.
Te animamos a que combines los colores de tu outfit como más te guste porque, al fin y al cabo, si te encuentras segura con tu elección, todo el mundo lo notará. ¡Atrévete!
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